Supervisión Terapéutica

La supervisión es un arreglo formal para que los terapeutas analicen su trabajo regularmente con alguien que tenga experiencia tanto en terapia como en supervisión. La tarea es trabajar juntos para asegurar y desarrollar la eficacia de la relación terapeuta/paciente. Las supervisiones que proponemos tienen tres objetivos, en función de las necesidades y expectativas del supervisado:

a) Asistencia en el manejo de situaciones clínicas que planteen un problema para el supervisado (análisis funcional, conceptualización de casos, abordaje terapéutico);

b) Formación individual del supervisado en función de las dificultades efectivamente encontradas en la práctica (reanudación y desarrollo de conocimientos teóricos y prácticos, consejos de lectura);

c) Una reflexión sobre los comportamientos, emociones y pensamientos del terapeuta supervisado en reacción a los comportamientos y emociones del paciente, con el fin de mejorar la práctica y luchar contra el burnout. Este trabajo sobre lo que experimenta el terapeuta y cómo puede avanzar mejor con sus eventos psicológicos personales solo se refiere a lo que está relacionado con la terapia (no es la terapia de un terapeuta).

El objetivo general de la supervisión es aumentar las habilidades y conocimientos del supervisado, mejorar la integración de sus procesos psicológicos y contribuir al desarrollo de terapias más eficaces. Cada supervisión se adapta a los conocimientos del supervisado, después de una evaluación común. La diversidad de situaciones clínicas estudiadas y los objetivos de la supervisión hacen que el trabajo de supervisión sea rentable sea cual sea su nivel de formación en ACT.
Que sea nuevo en un taller introductorio, haya adquirido conocimientos a través de lecturas o tenga más experiencia, se beneficiará de la instrucción contextualizada, la resolución de situaciones complejas y el uso de ejemplos.